Totalmente inmerecida la derrota del pasado sábado en un partido que, a excepción de los 10 primeros minutos, dominamos totalmente, tanto en posesión como en oportunidades. El equipo rival empezó con mucho ímpetu, con una presión muy alta que nos dificultaba salir jugando con el balón. Pero poco a poco, a base de salir airosos de dicha presión, nos hicimos con el mando del partido. Las oportunidades llegaban, pero faltaba acierto en el último pase y el portero local empezaba a lucirse. Entonces fue cuando, en el minuto 30, sucedió la jugada que a la postre fue decisiva. En una falta mas en el lateral de nuestra área, el árbitro decidió mostrar la segunda amarilla a uno de nuestros defensas y dejarnos con 10 jugadores. Para mas desgracia, en el saque de la falta nos hicimos un desafortunado gol en propia. Era un auténtico mazazo, pero nos supimos recuperar y volvimos a generar peligro en el área rival. La segunda parte fue un monólogo por nuestra parte y ellos a penas pasaban del centro del campo. El árbitro, que puso el listón muy alto, acabó expulsando a dos jugadores rivales y a uno de los nuestros, por lo que en el campo acabamos 9 contra 9. Ellos se agazaparon atrás y a nosotros nos faltó acierto de cara a gol, así que el resultado ya no se movió.